Dolor y apoyo de descendientes japoneses en Isla de la Juventud
 
								
				
				Diego Rodríguez Molina
Tomado de Victoria
Descendientes de japoneses en la Isla de la Juventud expresan de  distintos modos su pesar y solidaridad con sus familiares en Japón,  fuertemente afectado por el devastador terremoto de 8,9 grados de  magnitud y el tsunami, junto a los más recientes peligros de accidentes  en plantas nucleares y la erupción de un potente volcán este domingo.
Algunos  aquí con familiares en Fukushima, Miyagi e Iwate, las provincias más  afectadas por el temblor de mar y tierra que borró del mapa a pueblos  enteros, no se apartan de la televisión y otros medios de prensa  nacionales que mantienen amplia información del desastre e intentan  comunicarse por correo electrónico con parientes y amigos en el  archipiélago nipón, en el otro extremo del planeta.
«No sólo los  familiares, todos los cubanos estamos consternados y asombrados por la  tragedia, y especialmente por los que recibieron el fuerte impacto  directo del sismo», expresó a Victoria Digital la licenciada Aleida  Rodríguez Kato, cuyo abuelo era natural de Fukushima, una de las zonas  más afectadas por el tsunami de este viernes, e insistió en el dolor  compartido.
Aleida, que es directora aquí de Desarrollo del  Software (DESOFT), la familia Minato y Nancy Oropesa, representante  cultural de la Sociedad de la mayor colonia de descendientes nipones en  Cuba, al igual que otros de sus integrantes, expresaron sumarse a las  condolencias, preocupaciones y apoyo expresados por Fidel en su reciente  reflexión de este sábado, donde califica de inusitadas las cifras  iniciales de miles de muertos y desaparecidos, teniendo en cuenta que se  trata de un país desarrollado donde todo se construye a prueba de  terremotos.
Similar sentimiento comparten en la comunidad de Ciro  Redondo, Justina Minato y su esposo Eduardo Hanzawa Hanzawa, hijo de  naturales de Fukushima.
«Agradezco inmensamente la declaración  suya de solidaridad», manifestó Nobuo Kojima en uno de los primeros  mensajes llegados desde la tierra del Sol naciente, en respuesta al  correo electrónico enviado el mismo sábado por la familia Minato y  Nancy, junto a otros familiares y amigos.
«Gracias a Dios  –precisa el referido mensaje– estoy bien, sano y salvo ya que estaba en  Tokio, donde se tembló muy fuerte, pero con mínimo daño por la distancia  desde las zonas gravemente afectadas por el tsunami.»
En el  referido artículo del Comandante en Jefe acogido aquí con agrado y otra  muestra del humanismo de los cubanos y su líder histórico, se subraya  igualmente: «Cada país, con seguridad, hará lo que esté a su alcance  para ayudar a ese laborioso pueblo que fue el primero en sufrir un  innecesario e inhumano ataque nuclear.»
 
       
		
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