Cuando la vida suena...
Leslie Machado Hernández, la hija menor de Carmen María Hernández, nació con discapacidades visuales y auditivas severas, a causa de la rubéola atípica padecida durante el embarazo. Sin reparar en lo costoso del tratamiento para atenuarlas, se decidió que la niña sordociega fuera intervenida quirúrgicamente —en el año 2000—, y así reducirle al mínimo posible la opacidad en sus ojitos.
Hace apenas diez meses, gracias a las labores del Centro de Neurociencias de Cuba y por la dedicación de los otocirujanos del hospital Cira García, Leslie y otros 17 infantes cubanos se favorecieron con un implante coclear. El dispositivo les permite descubrir, poco a poco, los sonidos de la vida.CUMPLEAÑOS FELIZ
¡Felicidades, Leslie, en tu día, que lo pases con sana alegría!... Varias veces se escuchó este canto en la vivienda de la familia Machado Hernández, el pasado lunes 31 de octubre. Con la canción más tarareada en el mundo despertaron a la menor de la casa. Por primera vez en seis años tenían la certeza de que Bombón —como la apodan cariñosamente— los escucharía.«A pesar de la persistente lluvia —narra Carmen— decidimos llevarla a la escuela, para que sus amiguitos de la “Fructuoso Rodríguez”, donde cursa el preescolar, también la felicitaran por su cumpleaños.»Y durante todo el día recibió el cariño de quienes comparten la satisfacción de saber que para ella y su familia los ¡muchos años de paz y armonía!, comenzaron a contarse desde el pasado 27 de mayo, día en que se le realizó el implante coclear.La operación —valorada en más de 15 mil dólares— consistió en la colocación de un chip receptor en el hueso mastoides. El conector funciona mediante la estimulación eléctrica del caracol u órgano de Corti, desde un analizador de sonidos programable. De ahí parten los estímulos codificados hacia electrodos situados dentro de la cóclea, y de esta, al cerebro por el nervio auditivo.El dispositivo forma parte del organismo de Leslie, y las primeras muestras de que lo acepta de forma positiva las manifestó al oír los ladridos de su mascota Aday, las voces de sus familiares más cercanos, la música de los dibujos animados, el timbre del teléfono y los toques en la puerta de cuantos amigos acuden a visitarla.Nuevos caminos comienzan a abrirse para el conocimiento de la niña. Según refieren Jaché y Norma, sus maestras:«En estos momentos se encuentra en la etapa de detección y discriminación de sonidos para aprender a hablar. Responde muy bien al proceso de rehabilitación, ya repite con moderada claridad las palabras que contengan las consonantes m, p, t, l, además de las vocales a, e, o y la u.»Por su parte, Carmen, el esposo Enrique y Dunetsy —la hermana mayor de Bombón— no encuentran frases para describir su alegría cuando la niña los llama mamá, papá o tata, respectivamente. «Estamos supercontentos con sus avances, vivimos para ella», atinó a decir el padre.
VOCES DE LOS MÉDICOS
Otro momento para compartir emociones con los padres y hermana de Leslie Machado Hernández, lo constituyó la hora y media de transmisión de la Mesa Redonda Informativa del jueves 11 de mayo, en la que se sumaron nuevos argumentos para reconocer los impactos sociales de los programas de salud de la Revolución cubana.La hija menor de Carmen María y Enrique volvió a suscitar alegría por todo el barrio. De puerta en puerta, de teléfono a teléfono, quienes la conocen se dieron el aviso al identificar su imagen en los televisores, al tiempo que corroboran cómo una historia multiplicada 53 veces, puede engrandecer a un pueblo y su gobierno. Leslie, mientras tanto, se descubría a sí misma entre los 18 infantes sordociegos cubanos beneficiados con este programa de la Batalla de Ideas. Reía por el gran descubrimiento de su cara, ya no como en los espejos, sino en la misma «cajita mágica» donde disfruta a plenitud de aventuras, dibujos animados y programas musicales.«Enseguida vio a los médicos que tanto la cuidan y quieren. ¿Qué hacen ahí?, inquiría. También daba besos en la pantalla, mientras les decía: Los amo», comentó la madre minutos después de culminar la transmisión.Agrega que la niña permaneció todo el tiempo escuchando la Mesa Redonda, desesperada por oír otra vez las palabras de Beatriz Bermejo, la especialista que tanto la mima durante las sesiones mensuales de rehabilitación en el capitalino hospital Cira García.«Todos son como nuestra propia familia», afirma Carmen y sin próximas frases que agregar se enjuga una gota más de alegría que le rueda por la mejilla, otra gota que se suma a la certeza de saber que su hija ve, escucha y muestra avances significativos en su aprendizaje docente en el grado prescolar, el cual cursa en la escuela especial Fructuoso Rodríguez.
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