Isel Disfrutó su Libre Derecho al Voto
Foto: Ramón Barreras Valdés
Desde que en Cuba se realizaron las primeras elecciones nacionales, después del 1ro de Enero de 1959; Isel Valle Frías no ha dejado de ejercer libremente su derecho al voto.
«No lo hice antes -explica-, primero porque lo establecido era tener más de 30 años de edad. Además, a los de mi raza los excluían casi siempre; o sobornaban a conveniencia de los políticos.»
¿Cómo recuerda su primera experiencia en las urnas electorales?
Aquel 24 de febrero de 1976 será inolvidable. En mi familia existía un entusiasmo tremendo. Ya había cumplido los 33 años, y quizás con el gobierno anterior me hubieran dado la posibilidad de votar, pero no iba a ser de forma tan democrática como ese día en que voté a favor de la Constitución Socialista.
¿Por qué apoyó la nueva Constitución?
Por confiar en su principio de igualdad, soberanía e independencia. Sabía que en el futuro nos esperaban nuevos beneficios para todos. Sin distinción de raza, sexo o religión. En ese tiempo ya me habían dado la posibilidad de superarme, pues tenía un sexto grado, malamente cursado antes de 1959. Estaba a punto de convertirme en enfermera. Mientras que mi hijo, con solo seis años, iniciaba su primer grado con maestros y libros gratis, bien garantizados. Esas bondades sólo las puede ofrecer una Revolución socialista.
Durante más de 30 años, Isel contribuyó a los logros de la Salud cubana, en los Hospital Celestino Hernández Robau y el Materno Mariana Grajales, de Villa Clara. Limitaciones físicas, derivadas de una enfermedad, le imposibilitaron caminar hasta el colegio número 4, de la circunscripción 145 para emitir una vez más su voto por la obra social humanista que protagonizamos los cubanos.
«Siempre pido que me traigan la boleta -manifiesta-, porque disfruto mucho ejercer, con total libertad, este derecho de elegir a los delegados de la asamblea del poder popular en al provincia, así como a los diputados al Parlamento».
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