Hechos y vidas de Santa Clara
Por Narciso Fernández Ramírez
La capital de Villa Clara acaba de ganar otro libro que cuenta su historia. Se trata de la última producción de la historiadora Migdalia Cabrera Cuello, que, con el sugerente título de Santa Clara, hechos y vidas, nos adentra en acontecimientos clave de la historia de la villa que nació entre dos ríos el 15 de julio de 1689, para parafrasear otro de los textos de la misma autora.
Para la profesora Migdalia, con un magisterio de más de cuatro décadas y toda una vida dedicada a la investigación de la historia regional y local, su Santa Clara, hechos y vidas busca profundizar en sucesos importantes de la ciudad que van desde la segunda mitad del siglo xviii hasta el triunfo de la Revolución, o sea, desde la declaración de guerra del cabildo de Santa Clara a Inglaterra, en 1762, hasta la épica batalla liderada por el Che a fines de diciembre de 1958.
También la reconocida especialista y miembro de la Comisión de Asuntos Históricos del Comité Provincial del Partido, ahonda en varias de las figuras que marcaron un hito en la historia de la actual capital de Villaclara; pero que hoy están parcialmente olvidadas o desconocidas, como el general de brigada Guillermo Lorda Ortegosa, símbolo del combatiente santaclareño en la Guerra de los Diez Años; el revolucionario Mirto Milián, caído en la lucha contra el tirano Gerardo Machado, o Chichí Padrón, protagonista de un valiente enfrentamiento contra la dictadura de Fulgencio Batista en un popular barrio y que la autora califica, con justeza, de Combate en el Chamberí.
Del porqué el tema recurrente de Santa Clara, aunque nació en Encrucijada, Migdalia Cabrera reconoce que en sus estudios de la historia regional la evolución de la Gloriosa Santa Clara, como la bautizaron sus fundadores remedianos, siempre acaparó su interés, dados sus matices y acontecimientos, que la distinguen del resto de las urbes cabeceras de provincia.
Así que tomó la máquina de escribir primero y computadora después, para dejar constancia de ese amor por Santa Clara en valiosos trabajos que les dan continuidad a otros en el tiempo, desde aquella imperecedera obra Historia de la villa de Santa Clara y su Jurisdicción, escrita en 1857 por Manuel Dionisio González, nuestro primer historiador hasta otras más recientes, como Santa Clara santa, de Ovidio Cosme Benítez.
No falta en su escudriñar en la historia de la localidad, la presencia de la mujer en las luchas. Para lo cual toma como paradigma a la patriota Inés Morillo, única mujer condenada a muerte por España, aunque después le fuera conmutada por el destierro: «Ella expresa un poco lo que fue Carolina Rodríguez, lo que fue Marta Abreu, a pesar de ser camagüeyana de nacimiento.»
Tampoco la autora deja de rendir homenaje a sectores proletarios combativos, como la lucha de los maestros contra el dictador Gerardo Machado, en la década de los años 30, o la de los tabacaleros, en la famosa confrontación contra la máquina torcedora en los años 40 del pasado siglo.
Culmina Santa Clara, hechos y vidas con la batalla librada por el Comandante Guevara en los días finales de 1958 y que le daría un golpe mortal a la dictadura. Un relevante momento de la historia de la ciudad, única cabecera provincial atacada durante las tres guerras de liberación nacional, y que Migdalia Cabrera no pasa por alto con sus gratas narraciones del asedio a la villa por el general Manuel de Jesús Calvar, Titá, en 1876, y del fallido ataque del coronel Leoncio Vidal Caro a la Plaza de Armas, el 23 de marzo de 1895, que le costara la vida al valiente mambí
La utilidad del libro la da por sí sola el tema que aborda. Si a ello, súmese amenidad y claridad, estamos entonces en presencia de una obra utilísima, que en manos de maestros y profesores, junto a otros especialistas, deberá ayudar a dotar a nuestros hijos de la cultura histórica que necesitan; esa que, precisamente, comienza por el terruño local, y sin la cual no puede existir un amor verdadero a la Patria y a la Humanidad.
En el tintero quedaron muchas cosas por contar y nuevos proyectos por llevar adelante. Sobresale el serio empeño que Cabrera Cuello asume en estos momentos para dotar a la ciudad de la biografía de uno de sus buenos hijos: Osvaldo Herrera, Herrerita, el líder estudiantil y valiente capitán del Ejército Rebelde, quien prefiriera quitarse la vida ante que delatar a sus compañeros; un trabajo de indagación histórica ya concluido y que busca en estos momentos maneras de concretarse en otro buen libro para los pilongos.
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