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Patio Criollísimo

Rumbo al colapso para sumarse a la RAE

Un retruécano semejará otra vez la palabra BLOQUEO ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el próximo 8 de noviembre. A esta instancia internacional se viene presentando, desde 1992, un proyecto de Resolución bajo el título “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.

Cada año, a partir de esa fecha, Cuba constata la solidaridad de los países que suman sus votos como expresión de condena a tan inhumana posición. Sin embargo, el gobierno norteamericano insiste en mantener inamovible un BLOQUEO que a todas luces se tambalea. 

«Fracasará y se estrella contra la resistencia del pueblo cubano». Así lo apuntó con énfasis este lunes el Vicecanciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, al presentar en la sede del MINREX el Informe que Cuba presentará a la ONU.¡Y cuánto nos place percibir su final! Sobre todo a quienes hemos nacido, crecido y vivido aprendiendo que BLOQUEO es una palabra de significado malévolo.

Además de atribuirle como sinónimo barrera, cerco,  asedio, aislamiento y limitación, para los nacidos después de 1959 en la Isla, quiere decir insulto, intromisión en los asuntos internos de nuestro país, provocar daños a terceros, violar la soberanía y libertad para establecer relaciones comerciales…

 O sea, una interminable lista de acciones dislocadas que evidencian la política hostil del gobierno de los Estados Unidos hacia la Mayor de las Antillas.Pero, el próximo 8 de noviembre, cuando la Asamblea General de la ONU examine por decimoquinta ocasión el tema, y se proceda a la votación del proyecto de Resolución 60/12, la humanidad conocerá nuevamente un golpe de triunfo sobre la injusticia. Otra victoria frente a la disparatada determinación de restringir económicamente a Cuba.

Más de 86 mil millones de dólares ha sido el costo de imponer, por más de cuarenta años, tan inhumanas leyes. Recrudecidas durante los últimos años y condenadas de manera prácticamente unánime, en defensa de los principios y las normas del Derecho Internacional.Si el pasado año el proyecto que exige el fin del bloqueo impuesto a Cuba, recibió un total de 182 votos, respecto a los 191 con derecho a emitir un fallo, con claridad se puede avizorar que dentro de un mes volverá a ratificarse la derrota de la política norteamericana contra este país.

Mientras lleguen los resultados —de seguro halagüeños— mi hija de 11 años descubre por sí misma en sus clases de Historia de Cuba cómo desde la Enmienda Platt, anexada en 1898 a la Constitución de la República, el imperio norteamericano hace pública su inconformidad con la independencia de Cuba.

Entonces llega el momento de advertirle que si bien ese engendro yanqui denominado BLOQUEO, para los de mi generación hoy es una palabra maldita, tanto ella como sus coetáneos le podrán atribuir en el futuro otras significaciones.Más allá de la simple unión de siete letras registradas en el Diccionario de la Real Academia Española como: «Acción y efecto de bloquear. || 2. Mar. Fuerza marítima que bloquea. || ~ efectivo. m. El que se hace con fuerzas marítimas suficientes para cortar las comunicaciones. || ~ en el papel. m. El que consiste solo en declaraciones escritas, sin estar apoyado por fuerzas bastantes para que resulte efectivo. || declarar el ~ la potencia bloqueadora. fr. Proclamarlo o notificarlo inicialmente. || violar el ~ un buque neutral. fr. Entrar en punto o paraje bloqueado, o salir de él.» Con certeza habrá que sumar una definición que permita ilustrar a nuestros sucesores la prepotencia de un gobierno y el colapso de una política genocida.   

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