Glorias en la Memoria
Abril se abre a la Historia. A las páginas escritas por niños y jóvenes de ayer. Por mujeres y hombres de hoy; los de mañana.
Treinta días con sus noches dignificadas por la rebeldía, la defensa de lo nuestro. Concebidos para luchar, fundar y aliar voluntades. Fechas en las que crece la Juventud; por ser «la arcilla fundamental de nuestra obra».
De padres a hijos pasan las leyendas. De boca en boca reviven, perduran. Los primeros narran de cuando sumaron fuerzas y fusiles. De la marcha imprevista hacia la Playa agredida. De la derrota -sin precedentes en el continente-, sufrida por el enemigo que, como dijera Nicolás Guillén, vino «a herir con fácil cuchillo,/ como los traidores hieren,/ el gran pecho de Girón».
Jamás existieron jornadas tan célebres. Ni de tantas victorias acumuladas. Los más pequeños recién se unían como Pioneros. El pueblo se contagiaba con sus sonrisas. Desde un año antes crecían felices en los círculos infantiles. Jugaban y se divertían según lo soñó Vilma, la eterna compañera de la Sierra Maestra y el llano.
Ella supo multiplicar cada idea con sus manos de combatiente y creadora. Mujer nacida como las flores, cuando el almanaque marcó el séptimo día de la primavera.
Razones sobraban para impedir que el imperio mutilara la esperanza. Hubo muertes inevitables que abonaron con su sangre el suelo patrio. Mas, la alternativa era única: Defender, hasta las últimas consecuencias, el primer territorio libre de América Latina.
Abril creció en la Historia. En sus anales trae hechos decisivos. La aprobación de la Constitución de Guáimaro, en 1869 y la fundación del Partido Revolucionario Cubano por José Martí, en 1892, signan el calendario de esfuerzos por alcanzar la unidad en la nación.
Significaron pasos iniciales para la democracia e independencia que hoy disfrutamos. Principios soberanos, cuyo carácter socialista se proclamó en el instante exacto, hace 46 años.
El pueblo aceptó y aún acepta defender esta única revolución,
«de los humildes, por los humildes y para los humildes», porque entre tantas glorias, Abril nunca olvidará sus memorias.
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