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Patio Criollísimo

Con sonrisas infantiles se inicia septiembre en Villa Clara

Con sonrisas infantiles se inicia septiembre en Villa Clara

Por Yoerkis Sánchez Cuéllar

Este 1o de septiembre abrieron sus aulas los mil 032 planteles villaclareños para recibir a unos 172 mil 180 matriculados en los diferentes niveles de enseñanza.

Las mochilas, bien cargadas de lápices y cuadernos, permanecen colgadas en el espaldar de las sillas. Pero solo por un instante. La intranquilidad de los niños vuelve a ellas una y otra vez. Un pionero busca la goma nueva que le regaló papá; el otro revisa que no se derrame el refresco frío de la merienda. Más al frente, cercano a la pizarra, está aquel que guarda un marcador de colores que repartió el maestro, ese ser extraordinario del cual tanto habrá que aprender.

Septiembre comienza con sonrisa infantil en los labios. Apenas inicia la semana y, para muchos, constituye la primera vez que arriban a un centro escolar. El aula desborda la alegría de los infantes, quienes acompañados por sus padres asistieron tempranito al matutino. Y no faltó la ceremonia para izar la bandera y cantar el glorioso himno, cuyas estrofas dicen que morir por la patria es vivir. ¡Cuánto simbolismo entraña el honorable acto!

En el receso, los de mayor edad, que ya han compartido juntos años anteriores, narran sus días de vacaciones: los viajes a la playa, las visitas al zoológico, las incursiones en el campismo.

— « ¿Y no vieron los juegos de Beijing?» —comenta uno dentro del grupo.
— Yo casi no los pude ver, porque me fui para el campo, a la casa de mis abuelitos y no tenía tiempo para estar frente al televisor —dice otro.
— Pero no sabes lo que te perdiste, ¡qué bien estuvieron los atletas de todos los deportes!

El timbre suena nuevamente. Ahora significa que los 15 minutos de recreo han pasado, y que deben incorporarse de inmediato a las clases. Primero vendrá el profesor de matemáticas a enseñar la tabla de los productos; luego la maestra de español recordará aspectos de los que habló en el curso anterior. Mientras, algunos se desesperan por acariciar el mouse de las computadoras, aunque el turno de computación será mañana.

Así transcurre este lunes en la mayoría de las escuelas de Villa Clara, donde el huracán Gustav no afectó —como en otras provincias— el inicio del período lectivo. Un mar de pañoletas rojas y azules inundan las plazas de los centros docentes, con el entusiasmo de los más pequeños y la disposición plena de los educadores a continuar sus faenas. Sobresale la presencia de muchos maestros jubilados, quienes han dado el paso al frente ante el llamado de Raúl a incorporarse a las aulas.

De esa forma, ya brinda sus primeros pasos el curso escolar 2008- 2009 en el territorio, un regalo al Che, que cada días nos convoca a mayores esfuerzos. Pero también la mejor manera de honrar el aniversario 50 de una Revolución que se convierte en ejemplo vivo para el mundo.

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