Cantar de Futuro
Este abril será distinto. Aunque como en los anteriores, habrá fiesta de pañoletas, la celebración llega al medio siglo de vida.
Coincide con el V Congreso de los más pequeños.
Allí plantearán sus principales preocupaciones. La necesidad de estudiar todos los días, lo imprescindible de definir una vocación a tiempo para convertirse en mujeres y hombres de bien.
La cita será la antesala del principal encuentro de sus padres y abuelos, del cónclave de la militancia comunista.
Abril sus flores abre. Así Cuba toda se convierte en gran jolgorio. Lástima que en Libia caigan bombas y mueran infantes inocentes. O que en Haití y otras naciones del Caribe, el cólera lacere las vidas de otros que merecen ser tan felices como los cubanitos.
A cuántos de ellos les hubiera gustado compartir la algarabía que se vivirá en el Palacio de Convenciones de La Habana. Un NO rotundo a la guerra será el grito colectivo.
«Si el mundo se uniera se acabarían esas atrocidades», expresó un miembro de la delegación santaclareña a la cita pioneril, minutos antes de la partida.
Para los niños cubanos —únicos en el mundo con una organización que los representa—, llegar al 4 del mes 4 es sinónimo de continuidad histórica. Una fórmula mágica para lucir zapatos de todos los colores. Sobre todo blancos. Así Nemesia no llorará más por la pérdida de los suyos durante el horrendo bombardeo en Playa Girón.
Abril es un canto por la Patria que añoró José Martí: «Con todos y para el bien de todos». Una gesta gloriosa que une y jamás quebranta. A 50 años de proclamarse el carácter socialista de la Revolución cubana, abril descorre las cortinas para darle paso a una democracia auténtica, irrepetible y con el incomparable cantar del futuro.
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