Comer en Colores
Colorear los menús que a diario consumimos en desayunos, almuerzos y comidas hoy traspasa los límites del arte de la plástica. El realismo reflejado por los pintores de esos cuadros que ornamentan las cocinas y comedores de algunos hogares se ha hecho más tangible para muchos cubanos pues, sin necesidad de utilizar acuarelas y pinceles, cada día se acrecienta el interés por aprender a dibujar lo que comemos.
De lo que se trata, por supuesto, es de consumir una alimentación variada a fin de cambiar el colorido de la dieta; cuestión que a su vez posibilita ingerir un mayor número de nutrientes.
Si bien es cierto que todavía un por ciento de nuestra población acepta como mejor opción comer en blanco y negro -arroz , frijoles, carnes y alguna vianda-, evidentemente se tiende a equilibrar las preparaciones culinarias con una mayor presencia de los vegetales en la mesa.
Y es que, se conocen cuántas ventajas le proporcionan al organismo contar, además, con tonos verdes, rojos, amarillos y anaranjados en el plato. De este modo, al mejorar el aspecto y sabor del régimen alimentario se favorece la absorción de las diferentes vitaminas; sobre todo en niños y ancianos.
Sin embargo, la selección de una alimentación bien dosificada casi nunca se logra. Para ello debe partirse de que no existe alimento que por sí solo aporte todos los nutrientes necesarios para el cuerpo humano. Basta saber que para mantener la salud se necesita consumir más de 40, como los fitoquímicos, los cuales han demostrado protegernos de enfermedades relacionadas con las deficiencias, excesos o desequilibrios alimentarios (cardiovasculares, cáncer, hipertensión, anemia, diabetes mellitus, osteoporosis, obesisdad, entre otras).
Por ejemplo, no se concibe un menú balanceado sin la riqueza y notables efectos medicinales de las ensaladas. Ellas llevan la savia de la vida, y según expertos deben integrar entre el 25 y el 70 % de lo que se consume durante el día.
Una buena ensalada debe dar sensación de abundancia y frescura. Los vegetales que la componen se lavan minusiosamente -incluso en agua tratada con cloro o vinagre-, se cortan de manera uniforme, se mezclan con suavidad, y el aderezo casi siempre se confecciona aparte, antes de adicionarlo.
La tonalidad cromática resultará de suma importancia pues, junto a cada color no solo irá el aporte nutricional, sino también su influencia en nuestro estado de ánimo.
Como elementos decorativos, cumplidores de las funciones antes mencionadas, se emplean los pétalos de flores -se sabe que las de marpacífico son agradables al paladar-, así como las ramitas de perejil, semillas de ajonjolí y maní, ralladuras de remolacha, zanahoria y coco, entre otras iniciativas producto de la imaginación y el buen gusto de los consumidores.
En estos meses de calor no hallará nada mejor que una de esas combinaciones de vegetales y hortalizas para refrescarse, tanto la vista como el estómago. Por eso, le proponemos que durante este fin de semana comparta junto a sus familiares o amigos dos recetas, útiles y fáciles de hacer como diría la maestra Nitza Villapoll, quien durante muchos años se preocupó y ocupó de enseñarnos a comer en colores.
Ensalada de remolacha con salsa de plátano
Ingredientes para 6 raciones:
Remolacha 320 g 4 unidades (medianas)
Plátano burro maduro 170 g 1 unidad (mediana)
Jugo de limón 15 ml 1cda.
Azúcar crudo 29g 1cda.
Cebollino 10g 1 tallo
Sal 5g ½ cdta.
Procedimiento:
1.- Pelar y rallar la remolacha.
2.- Pelar el plátano y pasarlo por la batidora con el jugo de limón, el azúcar, el cebollino picado fino y la sal, hasta obtener una salsa espesa y homogénea.
3.- Añadir 1/3 de la salsa a la remolacha rallada y revolver cuidadosamente para que se impregne el sabor.
4.- Cubrirla con el resto de la salsa, sin revolver, y adornar por encima con algunas tiras de remolacha semejando letras del alfabeto japonés.
Ensalada de zanahoria cocida, con cebolla salteada
Ingredientes para 8 raciones:
Zanahoria 600g 8 unidades (medianas)
Cebolla 120g 2 unidades (pequeñas)
Aceite 34g 2 cdas.
Vinagre 15ml 1cda.
Comino molido 3g ½ cdta.
Sal 5g ½ cdta.
Procedimiento:
1.- Raspar las zanahorias y cocerlas en poco agua cuidando que no se sobrecocinen.
2.- Cortar en rodajas las zanahorias cocidas y refrescarlas.
3.- Picar la cebolla en media luna y saltearla en aceite hasta que se marchite.
4.- Unir el vinagre con el comino y la sal, y aderezar la ensalada mezclando suavemente.
0 comentarios