Masacre en Vado del Yeso
El 31 de agosto de 1967 fue masacrada, en Vado del Yeso, el grupo de la retaguardia de la guerrilla boliviana comandada por el cubano Juan Vitalio Acuña (Vilo o Joaquín). A esta tropa pertenecía Haydee Tamara Bunke (Tania), la única mujer que partipó en la contienda guerrillera dirigida por el Comandante Ernesto Che Guevara. A continuación se ofrecen detalles de lo escrito por el Che en su diario, así como lo ocurrido en las aguas del Río Grande.
Desconfiado ante las informaciones difundidas por los medios de comunicación, el Che escribe en su diario el 2 de septiembre de 1967: «La radio trajo una noticia fea sobre el aniquilamiento de un grupo de hombres dirigido por un cubano llamado Joaquín en la zona de Camiri; sin embargo, la noticia la dio La Voz de las Américas y las emisoras locales no han dicho nada.» Días antes, el jefe de la guerrilla boliviana ya había expresado su preocupación por la pérdida de contacto con el grupo de la retaguardia, al frente del cual se encontraba el comandante Juan Vitalio Acuña (Joaquín). A él lo secundaba otro cubano, el teniente Israel Reyes Zayas (Braulio). El grupo lo integraban, además, su coterráneo Gustavo Machin Hoed de Beche (Alejandro), la argentino-alemana Haydée Tamara Bunke Bider (Tania), el peruano José Restituto Cabrera Flores (El Negro), y los bolivianos Apolinar Aquino Quispe (Polo), Walter Arencibia Ayala (Walter), Moisés Guevara Rodríguez (Guevara o Moisés) y Freddy Maymura Hurtado (Médico o Ernesto). Las inquietudes del comandante Guevara surgieron porque desde el 17 de abril se había separado de esa parte de la tropa en el lugar conocido por Bella Vista, junto al río Ikira. Allí le había dado la orden a Joaquín de que lo esperara por esa zona durante tres días, tiempo requerido por el Che para avanzar rumbo a Mayupampa para facilitar la salida de Regis Debray (Danton) y Ciro Roberto Bustos (Carlos). Pero circunstancias adversas hicieron que se perdiera el contacto entre la vanguardia y la retaguardia. Por lo que nunca más se reagrupó el pequeño ejército guerrillero. LA EMBOSCADA El boliviano Honorato Rojas fue un guía inadecuado. Él había sido apresado por su colaboración con la guerrilla en el mes de febrero. Luego lo liberaron con la condición de que avisara a las fuerzas armadas si los miembros del Ejército de Liberación Nacional trataban de contactarlo. Ajenos a esa situación, Joaquín y sus hombres se encontraron con Rojas el 30 de agosto para solicitarle su ayuda a fin de atravesar el Río Grande. Al día siguiente, mientras los conducía por un remanso, que según el campesino era el mejor lugar para cruzar, al llegar a un paso del río Masicurí —Vado del Yeso— Braulio descubrió unas huellas que lo pusieron en estado de alerta. El guía del grupo enseguida explicó que habían sido dejadas por uno de sus hijos. Confiado, Braulio encabezó el cruce del río, y sin llegar a la orilla opuesta comenzó la masacre. Sin tiempo apenas para entablar combate, cayeron baleados Joaquín, Tania, Alejandro, Braulio, Moisés, Walter y Apolinar. Freddy Maymura fue capturado herido por los soldados, quienes más tarde lo asesinaron. Algo similar ocurrió con El Negro. Así resultó cercenada la vida de nueve combatientes cuyo valor y coraje alcanzó su máxima expresión al incorporarse a la lucha contra la opresión en la hermana tierra boliviana. EL TRIBUTO PERENNE Transcurridos 30 años del lamentable acontecimiento, la humanidad conoció la noticia del hallazgo de los restos del Guerrillero Heroico y de sus compañeros en la gesta boliviana. Durante una década los villaclareños, y en especial los residentes en la ciudad de Santa Clara, hemos vivido orgullosos por ser los principales custodios de los nichos donde reposan el Che y su Destacamento de Refuerzo, como lo definiera el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el 17 de octubre de 1997 durante el acto de recibimiento de los primeros ocho osarios. Para nuestro pueblo resultan inolvidables aquellas jornadas de tributo, que se reiteraron con la misma solemnidad el 29 de diciembre de 1998 —cuando recibimos a Tania junto a otros nueve guerrilleros— y el 8 de octubre de 1999 durante el homenaje a Juan Vitalio Acuña, así como a los dos cubanos y los cuatro bolivianos que pertenecían a la retaguardia. En esa ocasión, el general de división Rogelio Acevedo recordó que, durante meses, el Che hizo grandes esfuerzos por encontrarse con el destacamento de Vilo, quien de igual forma intentó unirse a la avanzada de la tropa. Y sólo 32 años después se unieron definitivamente en el suelo sagrado de la Patria. |
6 comentarios
JORGE -
Finalmente este tambvién pagó sus traiciones por la muerte del valeroso Camilo Cienfuegos. Faltan dos, Fidel y su hermano Raúl, que se adueñaron de Cuba fusilando a todos los opositores.
Viva el Ejército Boliviano!
Abajo los bolivianos traidores que rinden honores al vagabundo che!
Juan Carlos Camacho -
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