Camino a la Longevidad
Fotos: Cortesía de la Dra Lídice González Pulido
Vivir 120 años no es un capricho. Estudios científicos demuestran que, biológicamente, el organismo humano puede subsistir ese tiempo. ¿Por qué resulta ínfima la cantidad de personas que llegan, o se aproximan, a esa edad? ¿Existe un camino seguro a la longevidad?
Cuando a inicios del presente siglo, el doctor Eugenio Selman-Housein Abdo, expuso sus puntos de vista al respecto, muchos cubanos coincidieron con él en que nuestro Estado constituye el único con un programa social donde se involucran los seis factores esenciales para garantizar una ancianidad prolongada y satisfactoria.
«Solo se requiere de motivación, alimentación, salud, actividad física, cultura y medio ambiente», indicó el también presidente de la Asociación Médica del Caribe.
Como experto considera, además, que la motivación sobresale como una fuente inagotable de bienestar para el ser humano. Sobre todo por permitir una actividad mental permanente y una actitud optimista ante la vida.
De ahí que recibiera merecidos aplausos por la idea de constituir un Club de los 120 años, con sede en el Hotel Nacional. Mucho más loable resulta que entre los santaclareños exista un grupo de mujeres y hombres dispuestos a superar los 78 años de edad.
Milagros
«Se me quitaron todos los dolores», «a penas tomo medicamentos», «puedo bailar más que un trompo»… Son las expresiones más comunes entre los 45 miembros del Club de 120 años de Santa Clara. Y es que cuando pensaban «tirarse a viejos», los sorprendió un prodigio con cuerpo, manos y corazón de mujer.
Ella es el alma del grupo y sin varitas mágicas logra abrir muchas puertas. «Para llevarles a mis ancianos la alegría de vivir», comenta Milagros Pérez Moreno, la presidenta del Club y agrega:
«Desde hace un año ponemos en práctica la filosofía de vivir sanos, felices y placenteramente. Se trata de un proyecto que se realiza de conjunto con el Equipo Multidisciplinario de Atención Geriátrica (EMAG) del policlínico XX Aniversario.
— ¿Qué hacen en específico?
— Compartir, palabra de orden. Las relaciones interpersonales constituyen un factor esencial para garantizar un buen estado de animo. Con ese objetivo realizamos talleres literarios y peñas culturales como la de Nancy y sus amigos que se efectúa el último domingo de cada mes, al mediodía, en el cabaret El Bosque.
—Ustedes realizan arte de varias maneras. ¿Lo consideran un medicamento más?
—Sin dudas. Con la profesora Nadia Acosta Silva, por ejemplo, creamos un espacio para la terapia ocupacional. Las clases se imparten en mi propia casa y constituye un momento de placer. Muchas de las compañeras han eliminado el stress gracias a esas habilidades adquiridas para confeccionar piezas artesanales. Pero no es exclusivo de las mujeres, tenemos hombres incorporados como carpinteros.
— ¿Qué espacio ocupa la música?
— Nos motiva mucho, tanto para bailar como para cantar. Le agradecemos a la maestra Yolanda Martínez Ordóñez que nos haya dedicado parte de su tiempo para conformar un coro. Esta ha sido una manera de demostrar que nunca es tarde para empezar y hacer realidad nuestros sueños. Tampoco falta el danzón. Aunque cuando de mover los pies se trata, lo hacemos hasta con un reguetón.
— ¿Y el deporte?
—Sin ejercicios físicos no garantizaríamos tanta vitalidad. En este aspecto somos sistemáticos y exigentes al extremo. La disciplina con la que trabaja Pablo García Gutiérrez, el fisioterapeuta, nos convida a practicar deportes todas las mañanas. Incluso conformamos una tabla gimnástica. Nos mantenemos muy activos.
— ¿Por eso recorren casi todo el país?
Milagros sonríe. Prefiere responder con un gesto donde combina una pícara mirada y el ademán de sus brazos en señal de que cada periplo por la Isla se acompaña de un poco de buena suerte.
Y es que muchas personas creerán, erróneamente, que el objetivo del Club es viajar y visitar varias provincias como Guantánamo, Holguín, Santiago de Cuba o conocer la playa de Varadero, como ocurrió recientemente.
«Pero lo hacemos por motivaciones que surgen espontáneamente, lo cual también nos ayudan a vivir. Sin el apoyo del Gobierno y el Partido en la provincia no lograríamos muchas cosas», afirma.
— ¿Cuánto más pueden hacer ustedes?
— Con tantos años por delante, considero que debemos insertarnos más en la comunidad. Recientemente, concluimos la reparación de las puertas y ventanas de siete consultorios médicos en nuestra área de Salud. Cada uno de nosotros buscó un poco de madera por aquí o por allá. Nos sentimos muy útiles.
De igual modo realizamos actividades con los niños para transmitirles valores patrióticos y humanos. No podemos perder la creatividad colectiva.
Voces de Especialistas
En opinión del doctor Mario Enrique Sánchez Benítez, jefe del departamento de Atención al Adulto Mayor en el sectorial provincial de Salud, la experiencia de Milagros debe multiplicarse en cada policlínico de Villa Clara.
«Pretendemos —indica— que en todos existan personas capaces de aglutinar tantas energías y ansias de disfrutar la vejez».
El especialista coincide en que los Club de 120 años no están restringidos a los ancianos. «Al nacer venimos al mundo preparados para subsistir más de un siglo. Pero la exposición al Medio Ambiente, así como mantener modos de vida inadecuados nos celera el deterioro del organismo. Por eso mientras más temprano se incorporen estos principios de convivencia y adquiramos hábitos saludables de subsistencia, mucho más tiempo disfrutaremos nuestra existencia sobre la tierra».
Por tal razón los cuidados de la salud deben ser excesivos. Además de controlar la presión arterial, la diabetes y los trastornos cardíacos —aparecen como las principales afecciones después de los 60 años—también se debe prestar gran atención a las condiciones de la vista y a la higiene dental.
Sobre este último aspecto las estomatólogas Odaimy Casuso Águila y Alina Piñeiro Medina opinan que resulta pertinente desarrollar un programa educativo que eleve el conocimiento de la población sobre la prevención del cáncer bucal.
«Cuba — apunta Odaimy— es el tercer país en el mundo con predominio del tabaquismo, con cerca de 3 millones y medio de personas fumadoras. Constituye el principal factor de riesgo para adquirir esta enfermedad. Por lo que todos deben acostumbrarse a realizar un auto examen bucal cada seis meses».
Por su parte, la doctora en geriatría Lídice González Pulido considera que en tal empeño se requiere cohesión y entrega incondicional no solo de los médicos, psicólogos, trabajadores sociales y fisioterapeutas, sino que la familia ocupa un lugar primordial. Con ella coincide la psicóloga América Solís Stable. En las consultas que ambas realizan a diario prestan oídos a cada paciente porque detectan como principal necesidad la de ser escuchados. Al respecto señalan:
«Muchos ancianos son víctimas del desprecio de quienes conviven con ellos. Los más jóvenes de la casa se olvidan de que algún día llegarán a esas edades. Urge ganar conciencia de que el distanciamiento entre una generación y otra, sólo conducen a una crisis depresiva muy difícil de subsanar en los adultos mayores».
Aunque vale apuntar cómo los hijos y nietos de quienes integran el referido Club de 120 años, han incrementado su interés por el cuidado de sus padres y abuelos.
«Temen que nos pase algo cuando viajamos», refirió Dignora Purón Rodríguez, la de mayor edad. En su rostro no se adivinan los 83 almanaques que ha vivido. Baila, camina cerca de diez cuadras diarias, no fuma ni ingiere bebidas alcohólicas y se alimenta lo mejor posible.
«A penas tomo medicamentos —dice—, y llevo la vida con mucha paciencia. Cuando algo me irrita cuento hasta mil para no perder la ecuanimidad. Ese es el camino a la longevidad».
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