Sudar la Gota Gorda
Tener la piel sudada incomoda a muchos. Sobre todo a quienes transitan bajo el intenso sol de agosto. O permanecen en sus puestos de trabajo, aún cuando los aires acondicionados se desconectan para contribuir al ahorro energético.
«No tolero tener la ropa pegada al cuerpo», me comentaba un amigo por estos días. «Me molestan tantas gotas de sudor en la cara», añadía otro. Un colega, incluso, aboga por someterse a técnicas quirúrgicas para reducir su exceso de sudoración.
Aludía así a la simpatectomía torácica, un método efectivo para eliminar la hiperhidrosis. La operación se practica mayormente en países desarrollados a un alto costo. Mientras que en Cuba, desde el 2004, especialistas del Centro Nacional de Cirugía Endoscópica realizan dicho tratamiento de forma gratuita.
Ciertamente, causa desespero sentir tanta humedad en las manos, las plantas de los pies, las axilas o el rostro. Hace que las personas se sientan sucias y pegajosas. Para los que padecen esa enfermedad resulta desagradable en extremo. A muchos les afecta su calidad de vida y estado de ánimo. No descansan en la búsqueda de desodorantes, cremas, jabones y medicamentos apropiados.
Mas, aunque parezca paradójico, mantenerse hidratados tiene sus beneficios. Ayuda a soportar los elevados grados de calor. Constituye una necesidad fisiológica, en tanto el sudor cumple la función de regular la temperatura corporal. Cuando se evapora ayuda a que permanezcamos frescos. También interviene en la eliminación de sustancias nocivas para la salud.
Se conoce que, normalmente, los humanos sudamos algo más de un litro al día en condiciones de reposo. Mientras que podemos llegar a un litro por hora si realizamos algún ejercicio físico. Y contrario a lo que varias personas creen, sudar no adelgaza. El líquido perdido mientras corremos o vamos al gimnasio se recupera inmediatamente al ingerir agua. Bajar de peso depende, esencialmente, de la eliminación de las grasas acumuladas en nuestro organismo, tema que amerita otro comentario.
Por su puesto que tampoco es normal producir más sudor del que se necesita. Constituye una enfermedad derivada de fallos en el sistema nervioso simpático. Dicha alteración se inicia generalmente en la infancia o pubertad y puede durar toda la vida.
Este mal resulta incontrolable en los meses veraniegos. Para tolerarlo se indica mantener una escrupulosa higiene. Asimismo, será mejor llevar ropas holgadas, las cuales permiten que el aire circule libremente alrededor del cuerpo. De ese modo se siente más fresco y se suda menos. También se recomienda vestirse con prendas de algodón o hilo. En cuanto a la alimentación será beneficiosa una dieta ligera con predominio de frutas, así como evitar comidas picantes, las cuales originan un sudor muy fuerte.
Las sugerencias son válidas, además, para quienes no padecen de hiperhidrosis. Sin dudas, bajo el Astro Rey de agosto, no existen distinciones cuando de sudar la gota gorda se trata.
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