Cuando el cielo suena, ¿qué rayos se trae?
Los truenos asustan a cualquiera. Muchos son los que se aterran ante la menor resonancia venida del cielo. Por la diferencia existente entre la velocidad en que viajan la luz y el sonido, primero vemos el relámpago y después sentimos el estruendo. Esto provoca que los humanos manifiesten mayor temor ante el estrepitoso ruido, aunque lo peligroso en verdad es el rayo.
Y aunque en ocasiones, a la hora de ponerle fin a cualquier disputa uno de los contrincantes maldice al otro diciendo: ¡Ojalá te parta un rayo!, con certeza la expresión solo es el resultado de la cólera.
Nadie, con plena conciencia de la tragedia que puede causar ese suceso natural, podrá albergar sentimientos tan inhumanos.Mucho menos al conocer que las descargas eléctricas constituyen la principal causa de muerte por fenómenos meteorológicos en Cuba. El tema ocupa y preocupa a los estudiosos del clima en el país.
Tan es así, que en la última edición del directorio telefónico se le dedica una página. Allí el Doctor José Rubiera expone que, como promedio, durante el período 1987-2005, murieron anualmente 65 cubanos por fulguraciones. Las edades de las víctimas oscilan entre los 16 y 30 años y se encuentran entre los residentes en zonas rurales.
Otras indagaciones dan cuenta de que la ocurrencia de tormentas eléctricas se ha incrementado en los últimos años debido a la variación acelerada del campo magnético de la tierra, así como por la actividad frenética de las erupciones solares.De ahí que para el futuro se pronostique un aumento progresivo de la actividad eléctrica atmosférica en nuestro planeta. Incluso fuera de la temporada veraniega.
MÁS VALE PRECAVER
«El que te matará no lo escuchas», advierten a veces cuando alguien expresa tenerle miedo a los truenos. A sabiendas de que será la descarga eléctrica la que causará las peores consecuencias, tanto al hombre como a su entorno, lo aconsejable es tomar todas las medidas posibles para aminorar los daños.
Todavía se recuerda la tormenta eléctrica ocurrida en la ciudad de Santa Clara, el 22 de junio del 2006, la más potente de ese verano. Duró casi una hora. Afortunadamente no ocasionó fallecidos. En cambio, dejó sensibles averías en equipos de computación. De igual modo posibilitó observar conductas imprudentes.
La actual época estival también ha tenido sus días de intensas «sinfonías celestiales». Por lo que vale reiterar algunas de las precauciones a tener en cuenta a fin de protegernos de su impacto en la tierra.
Ante todo se deben evitar comportamientos de alto riesgo. Sabemos lo tentativo que resulta bañarse en el aguacero, sobre todo para los niños, pero permanecer a la intemperie mientras transcurre un chaparrón, con rayos y truenos incluidos, constituye un enorme peligro.
Tampoco debemos protegernos del aluvión con paraguas que terminen en punta, aun cuando estos sean los de mayor presencia en el mercado. Mucho menos se recomienda operar plantas de comunicación, hablar por teléfono, y estar en contacto con el agua en playas, ríos o presas porque la humedad y la altura aumentan la intensidad del campo eléctrico y atraen la descarga.
En caso de encontrarse en pleno campo, usted no debe correr para escapar de la tormenta, ni refugiarse debajo de un árbol aislado. La potencia del rayo resulta capaz de partirlos, así como de electrocutar al instante y desencadenar incendios.
Mas bien se aconseja colocarse horizontal sobre la tierra y así reducir el riesgo de ser alcanzados por la centella. Mientras que en la ciudad, donde proliferan las verjas metálicas, lo más atinado es alejarse de ellas, pues podrían causar la muerte aun sin hallarse en contacto con las mismas.
Dentro de la casa, la máxima seguridad se encuentra sobre la cama, principalmente si es de madera. Y si nos sorprende fuera del hogar, lo más recomendable es protegerse dentro de un inmueble o automóvil (con las ventanas y puertas cerradas). Este último resulta el lugar más seguro, según apunta el Doctor Rubiera, ya que en este tipo de transporte las cargas eléctricas circulan por el exterior del metal y dejan en el interior un campo eléctrico nulo, fenómeno que los físicos llaman Jaula de Faraday.
En resumen, nunca debemos ser el objeto más alto a nuestro alrededor, sino tratar de ser el blanco más pequeño, pues el rayo tiende a caer sobre el punto más elevado.
Tampoco olvidemos que si bien el pararrayos resulta un sistema seguro de protección, éstos solo resguardan a un edificio o determinada obra, pero el mobiliario eléctrico interno no goza de igual seguridad y requiere de sistemas específicos de protección. Lo mismo ocurre con los equipos electrodomésticos, los cuales pueden inutilizarse debido a las descargas eléctricas.
Notas Interesantes
1. No todos los rayos producen truenos, se calcula que aproximadamente sólo el 60%. Esto se debe a que, a menudo, las ondas de varios rayos consecutivos se mezclan para formar una, o se anulan mutuamente.
2. Los rayos matan o dañan a más personas que los tornados o los huracanes y provocan el 40% de los incendios de bosques. Sin embargo, no todo lo relativo a ellos es negativo, pues el suelo se enriquece con el nitrógeno que liberan desde la atmósfera, el cual es transportado por las gotas de lluvia.
3. Productos tecnológicos de uso común como el teléfono celular y los reproductores de MP3, pueden resultar peligrosos si se emplean durante una tormenta eléctrica. Se advierte que si bien no aumentan las posibilidades de ser alcanzado por un rayo, la combinación de sudor y auriculares de metal sí dirigen la corriente eléctrica de un rayo cercano a la cabeza de quien lo porte.
4. Las tormentas eléctricas se asocian a nubes convectivas (cumulonimbus) y suelen acompañarse de precipitaciones en forma de chubascos de lluvias o de hielo o, en ocasiones, nieve, nieve granulada, hielo granulado o granizo. Pueden producirse en diversas situaciones sinópticas. Las condiciones iniciales básicas favorables para su formación son:
· Presencia de aire húmedo en un gran espesor de la atmósfera;
· Una atmósfera inestable para el aire saturado que se extienda hasta grandes alturas;
· Un potente mecanismo que fuerce el aire a elevarse a grandes alturas.
2 comentarios
yramsy ysabel petit faria -
Christian -