Che y el Béisbol
Si en vez de un bate de béisbol, el Che estuviera pateando un balón de fútbol o sentado frente a un tablero de ajedrez, con seguridad esta foto perdería su encanto.
Y es que más allá de la instantánea, se percibe una peculiaridad de la personalidad de Ernesto Guevara de la Serna: su afición al deporte y la práctica de este.Su incursión en la pelota ha sido poco divulgada, a pesar de vincularse con ella desde mucho antes de convertirse en el primer comandante del Ejército Rebelde.
Según relata William Gálvez en su libro Che deportista, su acercamiento a los cubanos en Guatemala y México hace que el joven médico argentino se relacione también con nuestro deporte nacional. Ya en la Sierra, acrecienta su afición por esta disciplina, estimulada, tal vez, por su amistad con Camilo, pues este era un ferviente simpatizante del deporte de las bolas y los strikes, además de buen pelotero.
De cualquier modo, lo cierto es que el fotógrafo Manuel Camín captó esta imagen, la cual se incluye también en el texto citado, del que extraemos la siguiente anécdota, contada por Pablo Cabrera Piloto, integrante de su columna: «Se encontraban Che, Camilo y otros compañeros; Camilo se había agenciado unos guantes y una pelota de béisbol y organizaron en el área del secadero de café un juego de pelota con dos bases.
«Los equipos eran de seis jugadores: receptor, pitcher, primera, segunda y dos jardineros, capitaneados por Che y Camilo, los dos lanzadores.»
De la forma en que se relata hay que imaginarse los deseos que tendrían de jugar, pues lo hacían en un terreno irregular, y a cada rato la pelota rodaba cuesta abajo, por lo que tenían que interrumpir el partido hasta encontrarla.
Al final ganó el equipo de Camilo, no sin antes tener lugar buenas discusiones por los intentos de picardía de ambos bandos. Después del triunfo de la Revolución, las múltiples tareas le impidieron al Comandante Guevara volver a jugar pelota. No obstante, en varias oportunidades acompañó a Fidel, Raúl, Camilo y otros a los estadios, donde presenció numerosos partidos.
Sin lugar a duda, los argentinos rara vez hablan de pelota, mucho menos la practican. Mas siempre existen excepciones, y para orgullo nuestro una de ellas la protagonizó este ser universal.
1 comentario
Javier Briones -