Regreso de Un Gigante Moral
El 17 de octubre de 1997, quedó inaugurado el Memorial donde actualmente se encuentran los restos del Guerrillero Heroico y su Destacamento de Refuerzo. Durante la ceremonia efectuada en la Plaza Ernesto Che Guevara de Santa Clara, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz expresó: «...Con emoción profunda vivimos uno de esos instantes que no suelen repetirse.
No venimos a despedir al Che y sus heroicos compañeros. Venimos a recibirlos.
Veo al Che y a sus hombres como un refuerzo, como un destacamento de combatientes invencibles, que esta vez incluye no sólo cubanos sino también latinoamericanos que llegan a luchar junto a nosotros y a escribir nuevas páginas de historia y de gloria.
Veo además al Che como un gigante moral que crece cada día, cuya imagen, cuya fuerza, cuya influencia se han multiplicado por toda la tierra.
¿Cómo podría caber bajo una lápida?
¿Cómo podría caber en esta plaza?
¿Cómo podría caber únicamente en nuestra querida pero pequeña isla?
Sólo en el mundo con el cual soñó, para el cual vivió y por el cual luchó hay espacio suficiente para él.»
Semejaba un sueño. Todavía traía el olor a aula universitaria y me encontraba entre los reporteros más avezados de la provincia anunciándole al mundo la llegada de los restos del Che a Santa Clara.
La cobertura estuvo reducida a permanecer en el punto de la Carretera Central límite entre las provincias de Mantanzas y Villa Clara, y captar sólo una instantánea. No obstante, para una recién graduada de Periodismo constituía un privilegio dar crédito del retorno del Comandante Ernesto Che Guevara a la ciudad que él mismo liberó en diciembre de 1958.
Mientras observaba el armón con el osario del Guerrillero Heroico, no creí prudente emborronar cuartillas -como una vez él mismo dijera- en un esfuerzo por escribir mis impresiones del hecho histórico. Preferí recordar los versos y canciones que me anunciaron su regreso.
Al instante recordé a nuestro poeta nacional Nicolás Guillén. Sus versos, un verdadero hálito de esperanza, siempre nos advirtieron:
Y no porque te quemen,
porque te disimulen bajo tierra,
porque te escondan
en cementerios, bosques, páramos,
van a impedir que te encontremos,
Che Comandante,
amigo.
También el villaclareño, Samuel Feijó escribió en su poema Che:
Retornará como los huracanes y los rayos,
todo encendido como era
y es, en la justicia,
y abatirá a los cuervos y a las fieras,
sangrientas águilas.
Razones suficientes tenía para acompañar a Carlos Puebla y cantar a voz en cuello:
Tu mano gloriosa y fuerte
sobre la historia dispara,
cuando todo Santa Clara
Se despierta para verte.
O mejor aún, entonar la última canción trovadoresca compuesta por Gerardo Alfonso, en ocasión del 30 aniversario de la muerte del legendario cubano-argentino, en cuyas estrofas se afirma:
Yo sabía bien que ibas a volver, que ibas a volver de cualquier lugar,
porque el dolor no ha matado a la utopía,
porque el amor es eterno
y la gente que te ama no te olvida.
Desde que el mundo conoció del asesinato en La Higuera del Comandante Ernesto Che Guevara, el 9 de octubre de 1967, el gobierno de Cuba encauzó acciones para el hallazgo de su cadáver.
Solo 30 años después, gracias a un esmerado trabajo de búsqueda conjunta de especialistas cubanos, argentinos y bolivianos, fueron identificados sus restos en una fosa común de Vallegrande, el 12 de julio de 1997. Ese mismo día, en horas de la noche, se trasladaron a la Ciudad de La Habana.
Posteriormente, a las 7.17 p.m del 14 de Octubre, fueron recibidos en Santa Clara.
Desde entonces, la ciudad se convirtió en un buen sitio para echar andar de nuevo, sus guerrilleros huesos.
El 12 de julio de 1997, en horas de la noche, llegan a Cuba los osarios del Che y otros seis compañeros caídos junto a él en Bolivia. En nombre de los familiares Aleida Guevara March dijo:
«Le pedimos, Comandante, que nos haga el honor de recibir sus restos; más que nuestros padres,
son hijos de este pueblo que tan dignamente Usted representa»
«Hoy llegan a nosotros sus restos pero no llegan vencidos; vienen convertidos en héroes,
eternamente jóvenes, valientes, fuertes, audaces. Nadie puede quitarnos eso; siempre estarán vivos junto a sus hijos, en el pueblo.» Aleida Guevara March
Desde Cuatro Palmas, punto límite entre las provincias de Villa Clara y Matanzas, el pueblo rindió tributo al Che y a sus compañeros durante el paso de los siete armones.
En la sala Caturla de la Biblioteca provincial Martí, el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Domínguez y Miguel Díaz Canel Bermúdez, entonces primer secretario del Partido en Villa Clara, realizaron la primera guardia de honor al Che, en la noche del 14 de octubre de 1997. El tributo del pueblo se realizó durante los días 15 y 16.
0 comentarios