La Tierra Hierve
¡Candela! ¡Lo que está cayendo es candela!, se exclama por doquier. La expresión salta de boca en boca como una de las tantas maneras de reaccionar ante el intenso calor que ahora nos castiga.
Bañarse varias veces al día, permanecer la mayor parte del tiempo frente al ventilador o en habitaciones u oficinas con aire acondicionado aparecen como las mejores opciones para contrarrestar las altas temperaturas de estos días.
Desde el mes de enero —cuando vivimos el más cálido de los inviernos— se sospechaba que el 2007 sería un año muy caluroso. «¿Cómo será cuando llegue Agosto?», se solía preguntar. Los meses avanzaron y finalmente el octavo llegó como se esperaba: con los termómetros oscilando entre los 33 y 35 grados Celsius, en Cuba, pues en otras latitudes superan los 40.
Que tales marcas aparezcan en el oriente del país no causa asombro alguno. Pero que sean las más recientes registradas en Villa Clara demuestran que los veranos se presentan cada temporada mucho más ardientes para los cubanos.
¿NOS DERRETIREMOS?Innegablemente, el planeta se calienta de forma drástica. Los científicos atestiguan que se trata del evidente cambio climático. Es decir, la transformación irreversible de las condiciones meteorológicas en amplias zonas del globo terráqueo.
Dicho de otro modo, un fenómeno asociado a la combinación del calentamiento global con el conocido suceso atmosférico El Niño. Entre sus consecuencias inmediatas se encuentran la ocurrencia de nuevas olas de calor, deshielos y subidas del nivel del mar.
El tema cobra auge entre los investigadores, dadas las importantes implicaciones para la vida humana que ello representa. Aunque a lo largo de la evolución de la Tierra, han sucedido variaciones del clima mucho más notables que las actuales.
La extinción de la megafauna de la Edad de Piedra, por ejemplo, se debió a una acción conjunta de cazadores y un cambio repentino del ambiente climático. Asimismo se conoce que desde 1961 el nivel del mar sube unos 0,8 milímetros por año debido a la descongelación de los glaciares.
Lo preocupante radica en la aceleración de tales procesos. Hoy alarma conocer como este calentamiento ha reducido las áreas cubiertas de nieve en el hemisferio norte y derretido muchos de los icebergs que flotaban en el Océano Ártico. El derrumbamiento en el 2002 del bloque de hielo B Larsen de la Antártica, con una superficie de 3 mil 250 kilómetros cuadrados, es considerado una de las mayores tragedias ecológicas de los últimos tiempos.
Mientras tanto, los residentes en el trópico notamos cómo las glándulas sudoríparas se encargan de hacernos sentir cierta sensación de que nos derretimos poco a poco. Hasta este lado del mundo el llamado de alerta llega en la etapa estival. Cuando más se sufren las consecuencias del efecto de invernadero, dado que, como bien sabemos los cubanos, los veranos se hacen extremadamente calientes y secos.
¿SE ROMPERÁN LOS TERMÓMETROS?
La temperatura media anual de Cuba se ha incrementado de forma sostenida desde 1951 hasta la fecha, alcanzando en los años 1997 y 1998 los valores máximos de toda su historia, según datos ofrecidos por el Doctor Luis Lecha Estela, del Centro de Estudios y Servicios Ambientales de Villa Clara.
En sus estudios apunta que el promedio de los años posteriores al 2000 resulta el más cálido de todos los registros climáticos disponibles. Específica, además, que en correspondencia con las evaluaciones y resultados recientes de especialistas del Centro Nacional del Clima del Instituto de Meteorología, dicho aumento se explica por un significativo ascenso de las temperaturas nocturnas, lo que evidencia una mayor cantidad de calor disponible en la superficie terrestre en horas diurnas que debe liberarse a la atmósfera durante la noche.
De cualquier modo, no se considera que asciendan tanto como en la India, donde alcanzan los 50 grados centígrados. Mucho menos ocurrirán olas de calor semejantes a las de los últimos meses en Europa. La geografía de un archipiélago, y en particular ser una isla, favorece sobremanera a que las corrientes marítimas neutralicen las elevadas temperaturas de la tierra.Mas, no debemos conformarnos. Por esa misma razón, la elevación del nivel del mar se convierte en una amenaza para las poblaciones costeras.
Las inundaciones de dos metros en Brasil, el peligro de extinción de cientos de especies animales —entre ellas el oso polar—, el derretimiento de las nieves "eternas" del Kilimanjaro y la aparición de violentos huracanes como Katrina o Wilma, tienen una causa común: el incremento de medio grado centígrado en la temperatura promedio de la Tierra en el último siglo, producto del cambio climático.
El 2007 ya se muestra como más caluroso que 1998, el año más caliente de la historia mundial. Otro dato revelador del ascenso apresurado de las temperaturas se constata al saber que seis de los siete años más cálidos registrados hasta el momento, se han sucedido desde el 2001. Precisamente durante ese primer año del presente siglo los villaclareños vivieron los días de mayor temperatura del último decenio, correspondientes al 22 de junio (36,1 grados Celsius) y al 14 de julio (35,5).
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Lorena Castro -