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Patio Criollísimo

El Tiempo se Escapa entre Pupitres

El Tiempo se Escapa entre Pupitres

Poco tiempo he tenido para desandar La Habana como quisiera. Saberla bajo mis pies y no transitar sus calles como pensé que podría hacer, a veces me acongoja.

Mas, al mismo tiempo siento placer de que las horas se escurran dentro de un aula. Como hace rato no experimentaba. Porque pocas veces se tiene la posibilidad de disfrutar una clase basada en el conocimiento y la experiencia del Sociólogo Darío Machado, experto en analizar la sociedad y la política cubana. Como tampoco siempre se puede dialogar con un periodista como Ernesto Vera, destacada personalidad del periodismo en la Isla.

Han pasado siete días de conferencias y talleres en los que la visión latinoamericana actual ha constituido el centro de los debates. Desde el periodismo que nos agrupa, colegas de Ecuador, México, Panamá y Cuba vamos construyendo una comunicación integradora, esa que también es posible alcanzar en el siglo XXI.

institutoNo ha faltado el análisis del pensamiento filosófico de la región, en cuyo puntal más alto pueden ubicarse diversos nombres y entre los que sobresalen, por la confluencia de ideas, Simón Bolívar, Benito Juárez, Eloy Alfaro y José Martí. Fue justo de la mano del  Héroe Nacional de los cubanos que transcurrieron los primeros siete días de este curso sobre América Latina, situación actual y perspectivas.

De ahí que el momento más emotivo fuera asistir a la disertación magistral ofrecida por la doctora Nuria Nuiry, destacada investigadora de la obra y vida de Martí para quien el estudio del ideario martiano no puede ser superficial, y mucho menos una camisa de fuerza.

«Sus escritos son muy profundos. Martí no es fácil de seguir. Pero se puede llegar al entendimiento pleno de sus ideas. Aunque en ocasiones, con el afán de repetir sus expresiones se descontextualiza y no se llega a la esencia de lo que quiso decir», confesó mientras nos acompañaba durante la visita al Memorial José Martí, en la Plaza de la Revolución.

Todavía me restan días en La Habana, no desisto de la intención de caminar más allá de la Rampa capitalina y su Copelia, quisiera que mis noches no se limiten a observar la heterogeneidad de grupos en la nocturnidad del Malecón, o a observar las diversas expresiones culturales de los jóvenes reunidos por toda la calle G (Avenida de los Presidentes).

Aspiro a que antes de marcharme también pueda recorrer el centro histórico de la Habana Vieja, hasta donde no he podido llegar solo por cuestión de tiempo.   

 

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